No puedo quedarme a ver cómo te destruís
la muerte es un lujo que no me puedo dar.
A veces, creo que la vida me negó la felicidad
pero me queda un consuelo:
viví plenamente estos días,
conocí el único amor de mi vida.
Nadie puede robarme las horas
que compartí con vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario